En los antiguos manuscritos griegos el título sencillamente es IÇánnou G, literalmente, "De Juan 3".
2. Autor.
Si no hubiera una segunda epístola sería muy discutible la paternidad literaria de esta tercera carta; pero la similitud de estilo entre estas dos cortas epístolas indica un autor común. Una vez que se reconoce a Juan como el que escribió la segunda epístola también puede ser reconocido como el autor de la tercera.
3. Marco histórico.
Esta epístola es evidentemente una carta personal escrita a un tal Gayo, que no es identificado. Se trata de un cristiano fiel, muy alabado por su bondadosa hospitalidad con los maestros itinerantes. Se nombran otros dos personajes: Diótrefes, dirigente dado a la polémica, y Demetrio, que quizá era uno de los maestros itinerantes. El cuadro que se deduce por lo que está escrito acerca de estos tres personajes, nos presenta una notable evolución en la iglesia cristiana y sugiere que esta epístola fue escrita después de la segunda, y por lo tanto aún más cerca de la muerte de Juan. Parece quedar bien establecido el ministerio de los predicadores itinerantes o de hermanos visitantes (vers. 5-8). Diótrefes se atribuye el poder de expulsar de la iglesia quizá mediante una especie de excomunión (vers. 10) a aquellos a quienes no aprueba personalmente, y la autoridad del apóstol ha sido socavada por los seguidores de Diótrefes (vers. 9-11). Todo esto indica que la situación revelada en la segunda epístola ha evolucionado, y esto convierte a la tercera epístola en la última de las tres cartas de Juan que han llegado hasta nosotros. Esto no quiere decir que Juan no escribió otras cartas. No se puede probar que la carta o escrito que se menciona en el vers. 9 sea la segunda epístola, aunque es una buena posibilidad de que así fuera, ni tampoco se puede determinar cuánto tiempo transcurrió entre la redacción de la segunda y la tercera epístolas; pero parece probable que el intervalo fue breve, pues ambas se parecen tanto en estilo como en contenido.
4. Tema.
Es sencillo y directo. La segunda epístola fue escrita para advertir contra los falsos maestros itinerantes, pero la tercera se envía para oponerse a las tenencias cismáticas ejemplificadas por las acciones de Diótrefes.
Es probable que Diótrefes fuera el anciano de la iglesia y que hubiera aceptado algunas de las falsas enseñanzas de los gnósticos (pp. 643-644). Cuando Juan escribió a las iglesias para refutar esas falsas enseñanzas, parece que Diótrefes se opuso a que la carta fuera leída delante de los miembros de la iglesia (vers. 9). También se 712 impidió que se escuchara a los ministros itinerantes que pudieron haber sido enviados por Juan, y los que los escucharon en privado fueron excomulgados públicamente por Diótrefes, hombre arrogante.
Cuando Juan escribe a Gayo se esfuerza por asegurarse que su mensaje llegue a los hermanos leales. Puede haber estado preparándolos para que aceptaran un cambio de ancianos de iglesia cuando él llegara y les "recordara" las acciones de Diótrefes (vers. 10).
En esta carta, como en los otros escritos de Juan, se manifiesta el mismo espíritu de tierno afecto personal; pero por encima del propósito inmediato de la epístola, brilla la belleza del carácter del apóstol y la inspiración que ha proporcionado a sus lectores a través de los siglos.